Juan Sevillano: “Un buen escritor debe ser ante todo, un gran lector”


Escritor Juan Sevillano

*** El poeta, novelista y cinéfilo, Juan Sevillano, regala a Visión Literaria, una interesante entrevista donde expresa su posición ante la incursión de los nuevos escritores a la pasionaria vida literaria

Caracas, Venezuela
Yeixon Santaella. @yeixonsb

En el año 1955, en Madrid, un joven de 11 años, que iba todos los días a su escuela, conoció a Don Anselmo, un “querido e inolvidable profesor” quien lo logró guiar por sus primeros pasos para ser escritor. Hoy en día, ese joven logró convertirse en el reconocido poeta, novelista y cinéfilo, Licenciado en Historia egresado de la Universidad Autónoma de Madrid, Juan Sevillano.

Autor de la poesía En la aceptada orilla, la cual obtuvo el premio Agroman en 1972 y escritor de la novela, Memoria del paraíso, publicada bajo el sello de Ediciones Tagus en el 2015.

Este personaje reconocido por sus escritos (publicados y no publicados) es de los que piensa que “un buen escritor debe ser ante todo, un gran lector”, y por eso, expresa para Visión Literaria, que la mejor recomendación que puede darle a los jóvenes escritores, es que deben guiarse por lo que para él, es la primera regla, “leer, leer y leer con espíritu crítico”.

Sevillano cuenta que entre sus planes no estaba publicar Memoria del paraíso, comenta que a quien le debe eso, es a un gran amigo que creyó en la obra y le pidió que dejara en sus manos la publicación a través de la web Amazon.

Es de los que prefiere poder sentir en sus manos el buen material tradicional de un libro, que usar las versiones digitales, sin embargo, comentó para Visión Literaria, que siempre y cuando sirva para acercar a la gente a la literatura, “bienvenido sea”.

Esa y muchas otras afirmaciones y opiniones, pueden llegar a ustedes gracias a una humilde comunicación con el escritor, desde Venezuela hasta España, mediante el uso de correos electrónicos.

“No creo que haya recetas, ni atajos para llegar a ser escritor, sólo trabajo, trabajo y más trabajo”

Memoria del Paraiso
- Comenzó a escribir a los 11 años, siendo muy joven. Hoy día hay muchos que como usted, a temprana edad, incursionan en el mundo de la literatura, ¿qué le diría a esos chicos?
- Yo les diría que perseveren, que no se den nunca por vencidos. Expresar en lenguaje literario, tanto en prosa como en verso, ideas y sentimientos es uno de los desafíos más apasionantes a las que un ser humano se puede enfrentar.

 Para ello disponemos de una herramienta formidable: nuestra hermosa lengua, rica en matices expresivos y posibilidades artísticas, como demuestra el hecho de contar, nada menos, que con once Premios Nobel de literatura. A esos chicos yo les diría que entre nuestros grandes maestros hay ejemplos para todos los gustos, que elijan los que mejor les cuadren y se dejen enseñar por ellos. De verdad, que el premio final merece la pena. Creo sinceramente que la literaria es una creación comparable a la musical; y que en ambas se pueden encontrar obras maestras que elevan el espíritu y obras triviales o deleznables que causan verdadero sonrojo. En ambas formas de creación, el verdadero artista puede alcanzar la excelencia si se lo propone.

- ¿Necesitan esos jóvenes algún instructivo para poder escribir o simplemente se tienen que dejar llevar por su imaginación?
- Soy un total descreído en cuanto a manuales y recetas mágicas para llegar a ser un buen escritor; pero sí creo en unas reglas básicas para aprender a expresarse de forma correcta, primer paso para alcanzar dicho fin. Para mí, la primera y fundamental de dichas reglas es la de leer, leer y leer; leer con espíritu crítico y analítico hasta llegar a saber apreciar y diferenciar el estilo y las claves de cada autor que lo hacen distinto y lo individualizan del resto. Soy de la opinión, (no quisiera parecer  presuntuoso), de que un buen escritor, debe ser ante todo un gran lector, Esto lo aprendí, hace tiempo, junto a otras muchas cosas, del maestro Borges, quien siempre se consideró a sí mismo más lector que escritor.

No soy partidario de recomendar a los jóvenes de hoy las obras que a mi me motivaron y me marcaron de una u otra forma. Creo que cada generación tiene sus propios “clásicos”, que no tienen por qué coincidir con los de anteriores generaciones.

Pero sí me gusta siempre mencionar una que, cuando la leí, con catorce años, me impresionó de manera muy especial y, en cierto sentido, provocó en mi el inicio de ese afán perfeccionista en todo cuanto escribo, y que nunca me ha abandonado. Me refiero al “Martin Eden”, de Jack London. Una obra dura y con un final trágico, quizás poco acorde con los gustos literarios de un joven de hoy. Tiene mucho de autobiográfica, salvo el final, claro, por lo que puede resultar muy aleccionadora, (o demoledora, según los casos). Repito que no es una recomendación, ni mucho menos, sólo digo que a mí me sirvió, y mucho.

- Es tanto el impacto que han tenido algunos best seller internacionales, que puede considerarse como el detonante para que los jóvenes de hoy quieran incursionar en la escritura, ¿es usted tributante de los best seller?
- Tengo el máximo respeto por cualquier tipo de escritura que cumpla con unas mínimas exigencias de calidad y dignidad literarias. Si un Best-seller es la puerta de entrada al mundo de la literatura para alguien, bienvenido sea. Ahora bien, quedarse para siempre anclado en ese mundo, creo que es una verdadera lástima; es como quedarse entretenido a la mitad del camino y renunciar a  llegar a la meta donde espera un premio muy superior. Literariamente hablando, mi opinión es que debe haber literatura para pasar el rato, (de evasión), como los best-seller, y literatura más profunda, sustancial, que toque las fibras más hondas del ser humano, aportándole respuestas a preguntas esenciales y suscitándole reflexiones, dudas y nuevas preguntas a las que seguir buscando sentido.

- Según su experiencia, ¿qué consejos o tips brindaría al público juvenil que quiere incursionar en la literatura?
- Como ya he señalado, no creo que haya recetas, ni atajos para llegar a ser escritor, sólo trabajo, trabajo y más trabajo. Superar momentos de desaliento, y perseverar una y otra vez en el intento, por muy descorazonador que te parezca el resultado. El gran Azorín, al final de su vida dijo aquello de  “¡Qué difícil es escribir!” 

Creo que un buen comienzo es hacer un resumen crítico y personal de todo aquello que vas leyendo. Y, desde luego, apuntar cualquier idea o reflexión que se te ocurra, para más tarde desarrollarla y darle la forma correcta.

En mi obra “Memoria del Paraíso”, el viejo profesor, don Anselmo, le da unos consejos básicos al protagonista, que, creo vienen al caso:
“Don Anselmo le ha aconsejado a Felipe, hace tiempo, que lleve un diario y se obligue a escribir unas líneas cada día, reseñando, primero de forma objetiva lo que ha dado de sí y haciendo después un comentario personal sobre ello…
Le recomienda que se imagine un amigo ideal y le escriba cartas, contándole todo aquello que no contaría a ningún otro, por íntimo que sea.
-Un amigo –le dice- en el que volcar los secretos más hondos de tu corazón, tus anhelos más íntimos, tus miedos, tus tristezas . . . Estas cartas que, según las vayas escribiendo te irán ayudando a conocerte a ti mismo,  leídas, pasados los años, te pueden servir de inspiración para escribir otras obras más ambiciosas.”

- Con respecto al bum de libros digitales, ¿prefiere lo tradicional, papel y aroma o es de los que se sienta con un dispositivo electrónico a leer?
- Sin duda alguna, prefiero el libro tradicional. El libro, como continente, independientemente del contenido, tiene unos “valores” para el lector, que no puede aportar un dispositivo electrónico.
Cierto que hay que diferenciar entre lectores y amantes de los libros, pues estos dos términos no siempre son coincidentes, pero, siempre desde mi humilde opinión, el libro clásico es una de las grandes cimas de la cultura, y quien dice cultura dice civilización. Me resisto a creer que pueda ser sustituido y termine por desaparecer. Y si esto llegara a ocurrir, sería una enorme y lamentable pérdida. Por supuesto que el dispositivo electrónico también tiene sus ventajas, como es la de poder llevar almacenada toda una biblioteca, con miles de libros a disposición del lector, en cualquier momento y lugar. Otra ventaja, no menor para muchos lectores, es la posibilidad de poder elegir el tipo y tamaño de letra para leer una obra… Creo, y deseo fervientemente que así sea, que ambas opciones pueden convivir y complementarse en perfecta armonía.

- Para usted, ¿cuál es el mejor momento para comenzar a escribir?
- En mi opinión, no hay un momento, o una edad, especialmente favorable para empezar escribir, salvo en el que sientes que tienes algo que decir, bien para compartir, o bien para guardarlo para ti mismo. Todo depende de las circunstancias de cada uno. Yo empecé a escribir con once años, animado por mi inolvidable don Anselmo y por ser un lector muy precoz debido a la perseverancia de mi madre que me inculcó la lectura como un arma de vida. Pero también hay grandísimos escritores de vocación tardía. Y luego están los casos especiales de escritores de un solo libro, como De Lampedusa, cuya novela “El Gatopardo”, es una verdadera obra maestra. Por no citar casos como el de Arthur Rimbaud, uno de los más grandes poetas franceses,  que comenzó a escribir con ocho años y a los 19 abandonó la literatura para siempre, dejándonos una de las obras más admirables e imperecederas.

- Es imposible dejar pasar esta entrevista sin preguntarle acerca de su trabajo “Memoria del Paraíso”, ¿Pensó alguna vez el impacto que este tendría en el mundo literario?
- Desde luego que no. De hecho, jamás pensé publicarlo, como otras tantas de mis obras anteriores. Fue el entusiasmo de un gran amigo el que propició que el libro viera la luz. Tras leerlo, y con una generosidad que va más allá de mis pobres merecimientos, me propuso que lo dejara todo en sus manos para publicarlo en Amazon. Confieso mi escepticismo inicial ante la idea y mis reticencias, pero ahora me alegro y valoro muy positivamente la experiencia. Tras un corto tiempo en Amazón, la Casa del Libro me propuso publicarlo en su plataforma digital, y acepté, encantado de formar parte de su catálogo de autores. Así que el modesto impacto, para mí en un principio impensable, que el libro está teniendo se debe en gran medida a hechos fortuitos relativamente ajenos a mi intencionalidad.

- ¿Dónde podemos disfrutar de sus trabajos? ¿Algunas páginas, blogs?
- Prácticamente, toda mi obra, bastante extensa, por cierto, permanece inédita, salvo “En la aceptada orilla”, mi primer libro de poemas, y mi última novela, “Memoria del Paraíso”. Mi experiencia con el mundo editorial, premios literarios, entre otros, digamos que ha ido de la frustración inicial al desapego más absoluto, por lo que hace tiempo opté por escribir sin plantearme el que mis obras pudieran ser publicadas. Y aunque ahora la autopublicación ofrece a los autores como yo todo un mundo de posibilidades, la verdad es que aún no estoy decidido a seguir publicando. 

Por lo mismo, nunca me he planteado publicar en blogs, a pesar de la insistencia de muchos de mis compañeros que sí lo hacen. No descarto crear mi propio blog y publicar en él mis poemas y relatos cortos, pero, de momento, no siento ningún interés por ello; estoy más centrado en escribir … y en seguir leyendo. ¡Hay tantos libros extraordinarios que no me va a dar tiempo a leer…!

- Un mensaje para los jóvenes escritores de Venezuela y el mundo que ven la literatura como una profesión tan interesante como cualquier otra.
- A la literatura, uno se puede acercar de muchas maneras. Para mí, como autor modestísimo que soy, la literatura es una afición apasionante, pero nunca se me ha pasado por la imaginación vivir de ella. Simplemente, la vida no me ha llevado por ahí, y yo tampoco lo he buscado. Pero, desde luego, si yo fuera un escritor prolífico y de éxito, que pudiera vivir de lo que escribe, estaría encantado. Salvo autores ya consagrados que obtienen unos ingresos regulares por sus ventas, es muy difícil llegar a poder vivir exclusivamente de la literatura. Ahora bien, con empeño y fe en sí mismo, al igual que esos autores, sin duda se puede lograr, siempre que lo que escribas cumpla con unos mínimos de interés y calidad. Y creo pertinente volver a mencionar aquí el “Martin Eden”, de Jack London, donde, precisamente, se narra la lucha de un muchacho inculto por superarse y llegar a ser un gran escritor.

De esta manera, Juan Sevillano, desde España, nos recuerda que la literatura siempre va a ser una guía para darle conocimiento al alma, y como expresa el autor, “no hay un momento, o una edad, especialmente favorable para empezar escribir, salvo en el que sientes que tienes algo que decir, bien para compartir, o bien para guardarlo para ti mismo”.


Puedes acercarte mucho más a este escritor a través de su cuenta en twitter @RoMemoria y puedes conseguir Memoria del Paraiso en:



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